Sabemos que los aminoácidos son los bloques básicos de proteína y que las mejores fuentes de proteína contienen un porcentaje superior de aminoácidos esenciales. Sin embargo, podemos considerar que si tuviéramos que escoger un sólo aminoácido como parte de nuestro sistema de suplementación, deberíamos quedarnos con uno la glutamina que ni siquiera está considerado como esencial.
La glutamina es un aminoácido curioso porque es la fuente preferida de combustible para las células de división rápida como los enterocitos (células intestinales) y linfocitos (tipo de glóbulos blancos). Además, este aminoácido omnipresente tiene un papel dentro del equilibrio ácido-base, como correo del nitrógeno y como precursor de importantes macromoléculas como las proteínas y los ácidos nucleicos. Algunos científicos han llegado de hecho a clasificar ala glutamina como “aminoácido condicionalmente esencial”. Esto es que, bajo ciertas condiciones como el estrés catabólico, la glutamina puede ser necesario como parte de nuestra dieta.
Debido a que la glutamina constituye aproximadamente el 60% de todo el depósito de aminoácidos del músculo esquelético, no es sorprendente que la regulación de la glutamina intramuscular ejerza efectos pro fundos sobre el metabolismo de los músculos esqueléticos. La pérdida de glutamina muscular puede ser la señal de la degradación muscular, por lo que esencial el mantenimiento de los depósitos intramusculares de glutamina.
AMINOÁCIDO ANTI CATABOLICO
Estoy seguro de que tenéis idea de que la glutamina ayuda a reducir la pérdida muscular asociada con ciertos estados catabólicos. Sabemos que, por ejemplo, después d una operación, podemos reducir parcial mente el incremento de la degradación mus cular gracias a la glutamina, por lo tanto, la glutamina puede considerarse como un aminoácido anticatabólico.
Pero, ¿sabéis que la glutamina también puede jugar un papel en la regulación del peso corporal y asimismo en el metabolismo de los azúcares y las grasas? Este fenómeno se examinó en un estudio sobre ciertos pequeños roedores genéticamente predispuestos a convertirse en obesos.
Los ratones siguieron una de estas cuatro dietas: 1) poca grasa, poca sacarosa, 2) mucha grasa, poca sacarosa, 3) mucha grasa, poca sacarosa y glutamina-L, y 4) mucha grasa, poca sacarosa y glutamina-L. El total calórico de los cuatro grupos era el mismo por unidad de pe o corporal.
Los incrementos de peso fueron menores en los ratones que ingirieron la dieta baja en grasa y en sacarosa, que también ejerció lo efectos más benéficos: menos cantidad de peso conseguido, y menos insulina y glucosa en los niveles sanguíneos. Eso no debe ser sorprendente, ya que se trataba de una dieta muy abundante en carbohidratos (73%) y baja en grasa ClO,5%). Cada vez que limitemos la ingestión de grasa, reducimos los aumentos de grasa o de peso corporal.
Todos los interesados en perder peso pueden beneficiarse de la mejora de sus niveles de insulina y glucosa sanguínea producida por el aporte suplementario de glutamina-L
Pero los descubrimos verdaderamente interesantes proceden de tres grupos de elevado consumo graso. Tanto los suplementos de glutamina y de alanina en las dieta abundantes en grasa resultaron en menor aumento de grasa corporal que los dela dieta que sólo contenía grasa. Recordad que las dietas suplementadas contenían aproximadamente 45% de su calorías procedentes d la grasa, 36 de los carbohidratos y 19% de la proteína. Adicionalmente, la glutamina ejerció un efecto beneficioso significativo sobre el descenso de los niveles de glucosa insulina en los ratones que consumían mucha grasa; la alanina no presentó ninguno de esos efectos.
REDUCCION EN LOS AUMENTOS DE PESO
¿Qué significa entonces lodo esto? Bien, si eres uno de esos ratones predispuestos a la obesidad, tiene mucho significado. Si además somos seres humanos, este estudio presenta implicaciones muy interesantes.
La suplementación con glutamina-L puede mejorar aparentemente los niveles sanguíneos elevados de glucosa insulina, asociados a menudo con la obesidad en los ratones, incluso aunque continuasen comiendo demasiada grasa. La glutamina también parece producir una reducción en los aumentos de peso observados normalmente en los ratones genéticamente dispuestos a incrementar su peso. Esto descubrimientos pueden ser importantes para los humanos predispuestos a la obesidad o la diabetes. Sería muy útil probar la glutamina-l con los diabéticos para determinar si favorece la regulación de la glucosa sanguínea y examinar si este aminoácido puede hacer mella en el peso corporal de los individuos obesos.
Por supuesto, hay una alternativa: consumir menos grasa y azúcares simples. ¿Porque’ no probar con la do cosas?